En estos días en que parece que hubiese habido un repunte en la producción de acontecimientos criminales, he llegado a escuchar en algún medio de comunicación una afirmación terrible: “el crimen está de moda”. Como si en aquello que es acaso lo más abominable en la acción de un ser humano, pudiera ser una cuestión de tendencias o de fama. El que un ser humano acabe con la vida de un semejante es algo terrible por muy habitual que sea. Nada hay de moda en el homicidio o cualquiera de sus modalidades o tipos producción, asesinato, parricidio, uxoricidio…, porque siempre ha existido. Bíblicamente desde que Caín mató a Abel. En la realidad humana desde hace más de cuatrocientos mil años, exactamente 430.000, por ser este el momento en que se fecha, con los modernos sistemas de datación científica empleados por la paleontología humana, la producción del óbito del individuo al que perteneció el cráneo Cr-17 del yacimiento de Atapuerca (Burgos), sobre el que las evidencias científicas indican que pudo fallecer de forma precipitada como consecuencia de sendos golpes en la frente propinados con un objeto contundente, en una brutal agresión, cara a cara, efectuada por un sujeto “diestro”. Fue este del homo antecesor el primer homicidio documentado de la historia, que apareció publicado en la revista científica PLOS ONE:
https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0126589
Pero volvamos al presente; a mi presente, a éste primer día del verano de 2023 en el que he decidido retomar la pluma digital y volver a la senda de la divulgación de distintos aspectos relacionados con el crimen y los sucesos criminales. Y no por moda, sino por contribuir a esta parte tan peculiar de la historiografía, que es la historia del crimen y la criminología, de modo similar a como ya hice con mis dos obras principales sobre esta particular disciplina que es la historia negra: Crónica Negra de Granada (1880-1980) y Granada: Dosier Negro (1981-2010), sin olvidar otras publicaciones personales y numerosos artículos en los que he investigado, documentado y difundido diferentes sucesos criminales.
Quizá sea ese citado repunte de los sucesos criminales contra la vida humana, pero también la especial atracción que desde siempre han suscitado en mí curiosidad tales acontecimientos, lo que me empujen de nuevo a ello y a abordar este “Dossier Negro” digital. De todo un poco. No sé. Aunque sí que sí que sé, que el verano es un buen momento para ello. Verano y crimen son conceptos que habitualmente interactúan…
Ah, una cuestión. El título de este blog. “Dossier» es un galicismo. La RAE reconoce en nuestro idioma español la palabra “dosier”, lo sé. Sin embargo, es más literario el palabro extranjero, por eso he decidido volver a emplearlo, además por ser continuación de mi última obra del género: “Dossier Negro